Nuestro hijo Timothy (de once años) escribió esto en inglés. Yo le ayudé a corregir algunos errores, y lo traduje al español. Espero que les sea de ayuda en estos tiempos que estamos viviendo:

Nosotros los creyentes estamos juntos en un bote, la iglesia, que está siendo sacudida de un lado a otro en la tormenta de esta vida. Cuando vemos al Señor Jesús, clamamos a Él, y Él nos llama afuera al mar de la vida. Y si nos distraemos con las olas del mundo y el viento del pecado, por supuesto que nos hundiremos, porque necesitamos mantener nuestros ojos en el Señor. Y cuando nos hundimos, clamamos a Él por su ayuda, y Él lo hace. Cuando nos asimos de sus manos y miramos a sus ojos, ¿qué sentimos?, ¿qué veremos? Veremos amor, gozo, paz, bondad y todo el fruto del Espíritu. Una vez que el Señor entra al barco de nuestra vida, la tormenta desaparece.

Ahora bien, el Señor nunca, nunca nos dejará, pero nosotros pudiéramos dejarle a Él, y cuando lo hacemos, nos encontramos de nuevo en la tormenta de esta vida. Pero siempre podemos clamar al Señor cuando estamos en necesidad o atrapados en la tormenta, claro está, hasta que Él llame a todos los creyentes a estar en casa con Él en el cielo. Puede ser ahora, puede ser mañana, o en mil años, lo cierto es que no lo sabemos. Así que, querido amigo, se salvo ahora, no dejes que satanás te diga: “mañana, hazlo mañana”. Ahora es el tiempo de salvación. Recuerda, el Señor vendrá en cualquier momento. Se salvo ahora, querido amigo, se salvo ya.

Timothy Alcala (11)