Un día (antes de la pandemia, por supuesto) llegué al aeropuerto de Brisbane listo para un viaje doméstico. Era muy temprano en la mañana y todavía estaba medio dormido. Al hacer el chequeo de abordaje, la empleada de la aerolínea me preguntó a dónde viajaba, y casi bostezando le dije “Sidney”. Ella revisó mis datos en el sistema, y me miró con sorpresa (quizá ella también estaba terminando de despertarse) y me dijo, “señor, pero aquí dice que hoy usted hoy viaja a Adelaida”.

Se imaginan lo mal que me sentí. Claro, fue solo algo pasajero, pero sin embargo tuve que disculparme y decir que, en efecto, iba a viajar a Adelaida. A la empleada le habría parecido muy extraño ver a un viajero que no sabía a donde iba.

Pero eso me hace pensar en la condición espiritual de muchos. Todos estamos viajando hacia la eternidad, desde que nacimos hasta que dejamos nuestra vida aquí en la tierra, pero en la eternidad hay dos destinos: o con Cristo o sin Él. More →